Con frecuencia recibimos en la clínica la visita de pacientes de corta edad, casi con los mismos problemas que un adulto, pero con la dificultad que acarrea hacer «pequeños amigos» con el pijama de la clínica.
En este caso nuestro amigo Pablo de 22 meses se portó de maravilla en las distintas revisiones, dejándonos trabajar en la uña del primer dedo que el pobre tenía completamente clavada y que como podéis ver en la imagen, evolucionó muy bien.
Aprovechamos también para agradecer a D. Ricardo Becerro su apoyo y colaboración durante todo el tratamiento.